Siempre desde niño he anhelado con ansias el mes de Julio debido a que “hay fiesta en mi pueblo” y es el momento en donde la tranquilidad casi mortuoria se cambia por el bullicio de las murgas, los fuegos artificiales, los toros y las vacas locas. Todo esto es para celebrar las famosas fiestas en honor al Santo Patrono de Chepo San Cristóbal, pero no fue hasta ahora que conozco la historia de este hombre y aquí se las dejo.
Cristóbal de Licia, conocido como San Cristóbal mártir, es un santo cristiano, sobre cuyo origen las distintas tradiciones cristianas están en desacuerdo.
La tradición católica, transmitida sobre todo en la Aurea legenda de Santiago de la Vorágine, lo describe como un gigante cananeo, que tras su conversión al cristianismo ayudaba a los viajeros a atravesar un peligroso vado llevándolos sobre sus hombros. La leyenda afirma que en una ocasión, ayudó al niño Jesús a cruzar el río; sorprendido por el peso del infante, éste le explicó que se debía a que llevaba sobre su espalda los pecados del mundo, tras lo cual bautizó al gigante y le encomendó la prédica. El nombre de Cristóbal (del griego Χριστοφορος, Christóforos, "portador de Cristo") le vendría de esta hazaña. La leyenda, considerada apócrifa desde antiguo, continúa siendo popular, pese a que el Vaticano oficialmente la proclamase no canónica en 1969.
En la tradición ortodoxa, la leyenda describe a Cristóbal como un bárbaro de singular tamaño, proveniente de una tribu bereber, que fue ejecutado bajo el emperador Decio por predicar la fe cristiana, tras haber realizado numerosos milagros. Para las iglesias ortodoxas, la historicidad de Cristóbal no está en duda.
Hasta su supresión, san Cristóbal era patrón de los viajeros, los arqueros, los automovilistas, los solterías, los barqueros, los conductores de autobús y de taxi, los vendedores de fruta, los marineros, los mozos de cuerda, los aguateros, las tormentas, el granizo, los afectados de dolor de muelas y la ciudad de Rab, en la actual Croacia. En la capital de Cuba existe el Convento de San Cristóbal de La Habana. Su fiesta era el 25 de julio; actualmente el santoral católico lo celebra cada 10 de julio.
Leyenda de San Cristóbal
Ofero o Reprobus era un gigante cananeo que medía 2.5 metros y poseía una fortaleza tremenda. Era similar a un gigante o un ogro. Él se consideraba tan fuerte que decía que solo serviría al ser más poderoso señor del mundo. Salió pues en busca de su amo.
El rey más poderoso del mundo
Al salir en busca de su poderoso amo oyó que había un monarca tan poderoso que su sola mención hacía estremecer a a las personas y pensó él entonces; "A este amo habré de servir". Lo encontró y se convirtió en su más poderoso servidor, este rey era malvado y despiadado, una persona que imponía su voluntad con puño de hierro. Sin embargo un día Ofero lo vio temblando de miedo y le preguntó cual era el motivo y el rey dijo que tenía su alma vendida al Demonio y que le temía al infernal ser. Entonces dijo Ofero: "Si le temes al Demonio, él es más poderoso que tú, habré de servirle a él".
¿Quién fue el poderoso rey terrenal a quien sirvió Cristóbal?
Una tradición indica que Cristóbal fue el primogénito y unigénito de un rey cananeo y debió haber nacido en Tiro o Sidón y su nombre sería Relicto. Era muy apuesto y apreciado por la gente. Mientras fue pagano pensó en su gloria sirviendo al que consideraba el "rey más grande la Tierra": el Emperador romano.
El demonio es más poderoso que el rey
Decide el gigante ponerse al servicio del diablo, el verdadero príncipe del mundo y buscó a un brujo para que se lo presentara. El brujo accedió a cambio de algunos favores de Ofero y emprendieron la búsqueda a caballo, en el camino el brujo evadió una cruz de piedra temblando de miedo. Ofero le reclamó ese miedo a algo tan simple como una cruz. El brujo le dijo: "...temo a quien murió en la cruz", a Jesucristo.
El gigante preguntó al hechicero que si el tal demonio temía también a ese tal Jesús y el brujo le dijo que el diablo tiembla con la sola mención de la cruz donde murió Cristo. Entonces Ofero decide servir a tan poderoso personaje que aún después de muerto hace que el Príncipe de las Tinieblas tiemble de miedo.
Hay versiones que dicen que ese hechicero es el demonio disfrazado. Pero en cuanto a Ofero se dedica a buscar a su nuevo amo, al que aunque no conoce ya ha jurado ser su más bravo y sanguinario guerrero. Empieza a vagar y a preguntar a todas las personas que como podría servir a Jesús y nadie es capaz de contestarle, hasta que un ermitaño le dice: "Aquí al lado hay un río donde suelen morir muchos de los que intentan atravesarlo. Tienes una estatura y fuerza descomunal, perfectamente podrás pasarlos de orilla a orilla sobre tus hombros. Y efectivamente, comenzó a pasar viajeros apoyado en una vara gruesa y resistente. Ahí encontrarás a la persona que te dará la respuesta correcta." Y Ofero se convirtió en porteador.
Antes había muy pocos puentes y era un problema atravesar los ríos, uno de los oficios de entonces era el de porteador: por una remuneración hombres corpulentos pasaban a las personas de una orilla a otra de los ríos. Ese era el oficio de san Cristóbal. Era tan buena persona que no negaba a nadie el servicio aunque no le pudiera pagar.
De Ofero a Cristóforo
Ofero empezó a cruzar a la gente por el río preguntando que donde y como podría servir a Jesús pero nadie le daba una respuesta correcta. Hasta que un día cruza la corriente cargando a un niño a quien ni siquiera le toma la molestia de preguntarle; ¿qué va a saber aquella frágil criatura? A mitad del camino se hace pesado como un costal de plomo, después pesa como si cargara el mundo entero, insoportable, y sólo a costa de enormes esfuerzos consigue llegar a la orilla.
Le pregunta Ofero al pequeño: "¿Quién eres, niño, que me pesabas tanto que parecía que transportaba el mundo entero?" y el niño con claridad: "Teneis razón, peso más que el mundo entero, pues sobre mis hombros cargó con los pecados del mundo. Yo soy Cristo. Me buscabas y me has encontrado. Desde ahora te llamareis Cristóforo, Cristóbal, el portador de Cristo. Al ayudar a cualquiera a cruzar el río, me estareis ayudando a mí." Dijo también el niño a Cristóforo: "Fija en la tierra ese árido tronco que te sirve de báculo, que mañana lo verás, no sólo florido, sino coronado de frutos". En efecto, a la mañana siguiente la estaca seca plantada en el suelo se había trocado en esbelta palmera, con incontables frutos.
Después del episodio del Niño Dios recibió Cristóbal el Bautismo de manos del patriarca Babilas en la Basílica de Antioquía. Cristóbal portó a Cristo de cuatro maneras según algunos autores: en los hombros, en los labios, en el corazón y en todo el cuerpo al momento de su martirio.
Cristóbal empezó a evangelizar sobre todo en Samos en compañía de su gran bastón y fue un predicador elocuente. Decio ordenó perseguir a los cristianos y ofrecerlo como sacrificio a sus dioses paganos. Dagón que fue prefecto de Licia cumplió con el encargo del Emperador, profanó iglesias y casas de cristianos. Cristóbal vio que pronto sería prendido y se arrodilló a orar. Cristo entonces se le apareció lo levantó y le dijo: "No temas, que estoy contigo". Cristóbal, al saber, primero, y ver, después, cómo eran torturados los que confesaban públicamente la fe de Cristo, en vez de desfallecer, en medio de una multitud inmensa clamó: "También yo soy cristiano y tampoco quiero sacrificar a los falsos dioses". Inmediatamente fue detenido y conducido hacia el tribunal del prefecto.
Dagón trató de persuadirlo pero Cristóbal no se dejó sorprender ni por la buena ni por la mala. Sería cometido a los siguientes tormentos:
Flagelación con varillas de hierro, durante la cual no cesaba Cristóbal de cantar himnos a Dios.
Le pusieron un casco de hierro al rojo vivo sobre su cabeza.
Lo pusieron sobre una parrilla enorme sobre la que es tendido para que sea quemado en fuego lento, y que es derretida por las llamas pero el no se quema.
Flechas innumerables arrojadas sobre Cristóbal atado a un árbol, sin que ni una sola dé en el blanco, pero sí una en un ojo del prefecto... Y entonces, la voz del Mártir, que resuena vibrante: "El Señor prepara ya mi corona... Cuando la espada separe mi cabeza de mi cuerpo, unge tu ojo con mi sangre, mezclada con el polvo, y al punto quedarás sano. Entonces reconocerás Quién te creó y Quién te ha curado".
Al día siguiente es decapitado y Dagón hace lo que indica Cristóbal y recupera la vista, se convirtió al cristianismo.
Se me olvido mencionar que todo lo publicado es referencia de Wikipedia.
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